-Ana Luz, levántate, estas atrasada,- escuché a mi madre urgiéndome, me quedé dormida – con pocas ganas, me arreglé para ir al colegio, aún sentía como real mi sueño, era como si al levantarme estuviera durmiendo. Durante todo el día me sentía así, escuché las clases, hice todo normalmente, aunque fue como si lo estuviera durante un sueño. Sólo quería dormir, para continuar soñando, eso era lo curioso de mis sueños, no eran como los normales, desde hacía algunos años estaba soñando como la continuación del día anterior, me gustaba, ya que ellos eran más interesantes que mi vida. Estaba saliendo del establecimiento…
-Lisane, debes levantarte, tenemos un problema, debes acompañarnos, pero por ningún motivo toques a nuestro invitado,- era mi madre, la escuché muy preocupada, por lo que me levanté apurada. Al bajar me llevaron al área de bodega en donde me esperaba Narane, la siguiente en nacer después de mí, nos hicieron entrar juntas, lo primero que llamó mi atención fue un ser extraño – es de la constelación de piscis, tendremos que apurar todos los preparativos, ya que lo podemos mantener aquí sólo hasta que aparezca el sol del norte, si lo mantenemos más, corremos el riesgo de crear un incidente diplomático con dicha constelación.- agregó en voz baja mi padre – míralo bien, ya que él no sabe cuál de ustedes es la viajera, tienes una leve ventaja, deberás iniciar la travesía en este momento. – el ser cuya piel era entre azul grisáceo, un traje de azul brillante, haciendo lucir hermoso el tono de su piel, sus ojos grandes y brillantes miraba tanto a mi menor como a mí, sin saber a quién mirar. Teníamos que apurarnos, tendría que preparar todo y salir corriendo, de este modo ganar tiempo…
-Sigue la luz, creo que está reaccionando – escuché una voz, mientras una fuerte luz de linterna me molestaba los ojos, con la mano retiré la luz que me molestaba.
-Déjeme dormir, estoy cansada – les dije, decidí descansar.
-No, abre los ojos, debes reaccionar – contestó la voz.
-Déjeme dormir, por favor- y me dejé llevar.
Al abrir los ojos, estaba en mi cuarto, mi madre preocupada, entre miradas preparaba las cosas que debía llevar.
-Abre tu caja, debemos guardar las cosas – ya me sentía mejor, logré aclarar mis pensamientos y abrí la caja como me enseñó Urane, esperaba recordar para qué servía cada una de las cosas, mientras las guardaba.
Mi madre me entregó un traje que lucía oscuro, pero me explicó, que cuando comience a amanecer, el traje también comenzará a aclarar su color, dejándolo en el color que tenga el entorno. Pero antes de salir, debemos visitar al oráculo para que me diga algo que me sirva para el viaje.
-Tienes que estar en un lugar seguro cuando duermas, tienes una condición especial, eres lo que llamamos una paradoja, en ti se concentra la causa y efecto, tu conciencia es una para dos cuerpos, tú, la que estoy viendo, y otro ser en otro lugar lejano, que vive cuando duermes, y tu lo haces cuando él descansa, tu conciencia no tiene cesa, por ello debes cuidarte más, ya que pueden dañarte mientras duermes, porque no sientes nada en ese momento.
Aún estaba aturdida por todo lo que escuché, no lo entendía bien, sólo sabía que tengo que estar escondida mientras duermo, nada más.
-Querida Lisane, recuerda que tienes que regresar antes de la próxima luna de oriente, estoy temerosa de tu situación, pero te crié bien, eres fuerte y tu padre te ha preparado desde pequeña para enfrentar este viaje, estoy agradecida que te acompañe Urane, - me abrazó, podía sentir su temor, aunque no podía hacer nada más que iniciar mi viaje y regresar lo antes posible. La abracé lo más fuerte posible, tratando de confortarla, sabía que no era mucho, de algo serviría.
-No te preocupes, él está bien preparado, ya hizo este recorrido antes, también nació en esta fecha.
-Por eso te acompaña. Debes irte ya, te está esperando, no tenemos mucho tiempo para darte ventaja sobre el antónimo, te quiero hija, - me besó en la frente, abajo me esperaba mi padre y mis hermanos, todos me besaron en la mejilla y emprendí el viaje junto al ser más importante, después de mi familia. Caminamos por la calle principal.
-No mires atrás, sé que quieres hacerlo, pero soporta hasta que regresemos.- tenía ganas de llorar- tampoco llores, debes ser fuerte, nos espera un camino difícil, tenemos poco tiempo para llegar al portal, el que nos llevará a nuestro primer destino.
Aún no amanecía cuando llegamos al portal, era un aro dorado en el piso, durante el camino, Urano me pidió sacar una pulsera con varios símbolos, ambos nos colocamos en el centro del aro, se encendió uno de ellos, por lo que deduje cual era el primero de todos, él también la miró.
-Cuando lleguemos, es necesario que memorices lo primero que pienses, ya que por ello sabremos donde ir. – dicho esto, me presionó un botón en el brazo, que hizo activar un casco para el oxigeno.
Me dolía la cabeza cuando desperté, estaba en una habitación clara, la luz entraba en un ventanal a mano derecha, había más camas ocupadas, no veía a las personas, pero las escuchaba.
-Despertaste, - una señora de mediana edad, miró sobre su hombro y le habló a alguien – avísale al doctor, apúrate, creo que se volverá a desmayar – dicho esto, sentí los ojos cansados, quería dormir, es relajante dormir…
-Despierta Lisane, debemos apurarnos – al abrir los ojos vi ese rostro amado, quería tocarlo, pero sabía que no podría hacer nada hasta terminar mi viaje, de él dependía el resto de mi vida, me levanté del suelo, al parecer me desmayé al iniciar el conteo del portal.
Miraba alrededor, estaba mareada, sentí volar, me acercaba a una imagen muy rápido hasta que llegué a una estatua, en cuya mano había una piedra, luego fue como si algo la regresara a mi cuerpo. Miré nuevamente, me costó orientarme en la dirección en que sentí que viajaba, el ambiente era muy cálido, en comparación a mi hogar, no había plantas, sólo un horizonte de arena, más gruesa que la nuestra, pero con mucha más extensión, le señalé hacia donde debemos ir, las botas se hundieron hasta los tobillos, nunca había caminado sobre un terreno así, caminamos un par de dunas y ya estábamos muertos de cansancio, pero Urano me animaba a seguir, el sol aquí es de mucho mayor tamaño y más claro, lo que me molestaba la vista a pesar de que el casco oscureció por ser fotocromático.
-Lisane, debes levantarte, tenemos un problema, debes acompañarnos, pero por ningún motivo toques a nuestro invitado,- era mi madre, la escuché muy preocupada, por lo que me levanté apurada. Al bajar me llevaron al área de bodega en donde me esperaba Narane, la siguiente en nacer después de mí, nos hicieron entrar juntas, lo primero que llamó mi atención fue un ser extraño – es de la constelación de piscis, tendremos que apurar todos los preparativos, ya que lo podemos mantener aquí sólo hasta que aparezca el sol del norte, si lo mantenemos más, corremos el riesgo de crear un incidente diplomático con dicha constelación.- agregó en voz baja mi padre – míralo bien, ya que él no sabe cuál de ustedes es la viajera, tienes una leve ventaja, deberás iniciar la travesía en este momento. – el ser cuya piel era entre azul grisáceo, un traje de azul brillante, haciendo lucir hermoso el tono de su piel, sus ojos grandes y brillantes miraba tanto a mi menor como a mí, sin saber a quién mirar. Teníamos que apurarnos, tendría que preparar todo y salir corriendo, de este modo ganar tiempo…
-Sigue la luz, creo que está reaccionando – escuché una voz, mientras una fuerte luz de linterna me molestaba los ojos, con la mano retiré la luz que me molestaba.
-Déjeme dormir, estoy cansada – les dije, decidí descansar.
-No, abre los ojos, debes reaccionar – contestó la voz.
-Déjeme dormir, por favor- y me dejé llevar.
Al abrir los ojos, estaba en mi cuarto, mi madre preocupada, entre miradas preparaba las cosas que debía llevar.
-Abre tu caja, debemos guardar las cosas – ya me sentía mejor, logré aclarar mis pensamientos y abrí la caja como me enseñó Urane, esperaba recordar para qué servía cada una de las cosas, mientras las guardaba.
Mi madre me entregó un traje que lucía oscuro, pero me explicó, que cuando comience a amanecer, el traje también comenzará a aclarar su color, dejándolo en el color que tenga el entorno. Pero antes de salir, debemos visitar al oráculo para que me diga algo que me sirva para el viaje.
-Tienes que estar en un lugar seguro cuando duermas, tienes una condición especial, eres lo que llamamos una paradoja, en ti se concentra la causa y efecto, tu conciencia es una para dos cuerpos, tú, la que estoy viendo, y otro ser en otro lugar lejano, que vive cuando duermes, y tu lo haces cuando él descansa, tu conciencia no tiene cesa, por ello debes cuidarte más, ya que pueden dañarte mientras duermes, porque no sientes nada en ese momento.
Aún estaba aturdida por todo lo que escuché, no lo entendía bien, sólo sabía que tengo que estar escondida mientras duermo, nada más.
-Querida Lisane, recuerda que tienes que regresar antes de la próxima luna de oriente, estoy temerosa de tu situación, pero te crié bien, eres fuerte y tu padre te ha preparado desde pequeña para enfrentar este viaje, estoy agradecida que te acompañe Urane, - me abrazó, podía sentir su temor, aunque no podía hacer nada más que iniciar mi viaje y regresar lo antes posible. La abracé lo más fuerte posible, tratando de confortarla, sabía que no era mucho, de algo serviría.
-No te preocupes, él está bien preparado, ya hizo este recorrido antes, también nació en esta fecha.
-Por eso te acompaña. Debes irte ya, te está esperando, no tenemos mucho tiempo para darte ventaja sobre el antónimo, te quiero hija, - me besó en la frente, abajo me esperaba mi padre y mis hermanos, todos me besaron en la mejilla y emprendí el viaje junto al ser más importante, después de mi familia. Caminamos por la calle principal.
-No mires atrás, sé que quieres hacerlo, pero soporta hasta que regresemos.- tenía ganas de llorar- tampoco llores, debes ser fuerte, nos espera un camino difícil, tenemos poco tiempo para llegar al portal, el que nos llevará a nuestro primer destino.
Aún no amanecía cuando llegamos al portal, era un aro dorado en el piso, durante el camino, Urano me pidió sacar una pulsera con varios símbolos, ambos nos colocamos en el centro del aro, se encendió uno de ellos, por lo que deduje cual era el primero de todos, él también la miró.
-Cuando lleguemos, es necesario que memorices lo primero que pienses, ya que por ello sabremos donde ir. – dicho esto, me presionó un botón en el brazo, que hizo activar un casco para el oxigeno.
Me dolía la cabeza cuando desperté, estaba en una habitación clara, la luz entraba en un ventanal a mano derecha, había más camas ocupadas, no veía a las personas, pero las escuchaba.
-Despertaste, - una señora de mediana edad, miró sobre su hombro y le habló a alguien – avísale al doctor, apúrate, creo que se volverá a desmayar – dicho esto, sentí los ojos cansados, quería dormir, es relajante dormir…
-Despierta Lisane, debemos apurarnos – al abrir los ojos vi ese rostro amado, quería tocarlo, pero sabía que no podría hacer nada hasta terminar mi viaje, de él dependía el resto de mi vida, me levanté del suelo, al parecer me desmayé al iniciar el conteo del portal.
Miraba alrededor, estaba mareada, sentí volar, me acercaba a una imagen muy rápido hasta que llegué a una estatua, en cuya mano había una piedra, luego fue como si algo la regresara a mi cuerpo. Miré nuevamente, me costó orientarme en la dirección en que sentí que viajaba, el ambiente era muy cálido, en comparación a mi hogar, no había plantas, sólo un horizonte de arena, más gruesa que la nuestra, pero con mucha más extensión, le señalé hacia donde debemos ir, las botas se hundieron hasta los tobillos, nunca había caminado sobre un terreno así, caminamos un par de dunas y ya estábamos muertos de cansancio, pero Urano me animaba a seguir, el sol aquí es de mucho mayor tamaño y más claro, lo que me molestaba la vista a pesar de que el casco oscureció por ser fotocromático.